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EL RINCON DE KALITOS

Y QUE SE HACE AHORA… SI YA NO QUEPAN LAS PALABRAS

 

Que hace el amor buscándose entre licores, entre distimias, entre vacios existenciales, entre unas canciones, entre los recuerdos, entre la vida que se va y otra que viene, que hace el amor buscando los besos del ayer, las caricias fugases de tiempos inmemorables, que hace el amor si no es más que herirnos una y otra vez, tirarnos al suelo, pesar la balanza de la incomprensión, menguar nuestros pensamientos, recluirnos en la prisión de los placeres, impío y soñador, desdichado y negligente, nadie puede entender que aun no soy blindado, que se araña el pecho y vuelve a sangrar, que se rompe una ilusión y vuelve a llorar, ingenuo y tonto, que con voz suave penetra tus oídos y nunca escucha a las suplicas, a los ruegos, a las caídas de dignidad al cual nos arrastra, nadie sabe de eso, nadie prueba a ser diferente, lo mismo de siempre vuelve a las nubes, cae a la tierra, felicidad absurda de un minuto, caricias que se desvanecen cuando el llanto es más fuerte, besos que se pierden en las ganas de gritar, mientras me mordía los labios para no llamarte, quise sin querer y di todo sin tener nada, a las finales siempre quedamos y no hay Vallejo que nos grite en la agonía… ¡levántate, yo te amo mucho! Y el cadáver prefiere seguir muriendo, por su propia elección, irónicamente allí seguimos con mas vida hasta otro encuentro, absurdo totalmente absurdo y trivial, esa es la vida, ese es el amor buscando los besos en los labios cansados y al final de todo me voy un poquito enamorado del recuerdo y de tus lindos ojos profundos.

Hemos hablado de tantas cosas, que el mundo se hizo pequeño, descubriendo en la penumbra de nuestra existencia un recodo transitable, un camino por donde andar y encontrar de una buena vez la paz interior que nos hace falta, pero al mismo tiempo renegamos de la felicidad eterna, sintiéndonos incomprendidos, raros, pero sin aun entender que somos diferentes que somos de los que han encontrado en la vida una forma dramática de vivirla, durmiéndonos cuando todo el mundo se entrega feliz a sus sueños, fumando cantidades industriales de cigarro, pensando y pensando, perdiéndonos en las orillas, en los cantos, en la inmensidad de paredes verdes y azules, de techos blancos, de miradas, de voces, del ruido de la noche, del silencio del mar, nos asusta tanto la paz que se vive, nos abruma tanto la soledad, es momento de un abrazo, volteo a mi derecha no hay nadie, a mi izquierda el latido del corazón se acelera, hoy me doy cuenta que la soledad no es más que mi compañía, no hay nada, solo oscuridad, busco los besos en mi sabana, busco los olores, y no hay más que yo y mis recuerdos, yo y mis nostalgias, yo y mis prejuicios, yo y un sueño enorme, yo y mi insomnio, yo y un cigarro, yo y mi soledad… un enorme vacío que se refleja en la mente y el odio a los estúpidos mortales inferiores… un vacío que me recuerda esa noche donde sin quererlo me fui un poquito enamorado.

Un par de pastillas mas, un poquito de cerveza y voy entrando en mi subconsciente, descubriéndome a cada palabra, descubriéndome a cada gesto involuntario, midiendo mis temores, mis prejuicios, en la rota balanza de la esperanza, esperando que hagas algo y solo tomas mi mano, me miras me besas y después te vas, una leve sonrisa escapa de mis labios, me río de la ironía, de la maldita forma de ser dialéctica, de la absurda e irreal manera de sentirme así, de mis paredes azules, del cigarro que me hace llorar, de mi asco y mi nausea, de Marx y de Sartre, me río de la esperanza y las promesas, me vuelvo a enamorar y vuelvo a perder, allí en esa silla sentadita un día se enamoro de mi, y un jueves decidió nunca mas regresar, por que la tarde sentada en la silla se había aburrido de tanto ser tarde y yo me  había aburrido de ser yo y no el que ustedes conocen, me aburrí de verte sonreír, de taparte los ojos burlarte de mi… mientras mi espejo reflejaba un sabor ya sin sabor, un rostro que era conocido y se hacía desconocido, una mirada que se perdía por los horizontes del limitado espacio de ese espejo, unos labios oscuros de tantos cigarros, y un cabello negro crespo que le hacía el juego a las cejas, pestañas y demás, no lo conocía pero había hablado conmigo, era yo mirándome con mis propios ojos y no con los de tu absurda nostalgia y mi desidia a pensar en el futuro, era yo y no la sociedad, me di mas miedo y mas asco al no serlo que de cuerdo me propuse, pero al final de todos me fui un poco enamorado creo, del recuerdo? nose? Quizá un poco mas de mi sinceridad, de mi soledad, de unos enormes ojos de cielo que se pasean por los pasillos de mis tristes recuerdos… al fin y al cabo solo son percepciones mentales y nada mas como tu beso en la gaveta, tu perfume en la pared, y mi odio a ser así, viviendo en el cementerio de mis prejuicios y recuerdos, siendo yo y nada a la vez, muriéndome mil veces y tratando de revivir en la mañana, odiando a todo el mundo y dando la cara con una sonrisa grande al destino que ya no es mío, ni tuyo ni de nadie, muriéndome en mi vacío existencial al que tu y yo caímos esa noche sin saberlo, sin quererlo, sin pensarlo…

 

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