Blogia

EL RINCON DE KALITOS

EPISTOLA MEDIATICA AL AMOR SUBLIMINAL DE LAS COPIOSAS TARDES HUARACINAS

No recuerdo la primera vez que pensé en besarte, fue sólo una idea fugaz que cruzó mi mente, pero sólo fue eso, la primera.

Una vez tras otra la idea aparecía en mi cabeza, y a veces no sólo como una idea, sino como un fuerte deseo. Quería abrazarte contra mí y fundirme contigo, pero jamás lo creí posible. Era como ese sueño inaccesible que debes contentarte sólo con soñar, como ese amor imposible que nunca podrás tener, pero, bien sueño, bien amor, me valía con que existiese, pues me hacía sentirme bien, divertida, en ocasiones llegaba a avergonzarme de mis pensamientos tanto que los colores poblaban mi rostro.

Pero el otro día, un rayo de esperanza iluminó mi deseo, descubrir lo que habías escondido en tu corazón y tu mente tanto tiempo, me hacía temblar de emoción, me hacía estremecerme, y casi no podía escribirte en mi ordenador. Si te hubiese tenido allí, no habría podido resistir el no pegarme a ti hasta quedarme sin aliento. Lo que había deseado y temido a la vez, ¡ se estaba haciendo realidad ! También habías pensado besarme, también querías hacerlo, y no podía creerlo. Dejé que hablaras, dejé que te confesaras conmigo, que sacases todo aquello que te agobiaba, y luego, fue mi turno. El corazón quería salírseme del pecho, apenas atinaba a escribir...Ese día, viví en una nube, sólo pensaba en ti, en cómo sería besarte...Lo que siento por ti me empuja sin control hacia delante, a tratar de vencer el miedo, a olvidar el mundo que nos rodea, a crear un instante en el que sólo existamos tú y yo y alargar ese instante eternamente...No entiendo qué ocurre, ni porqué, sólo sé que te has metido en mi vida y no quiero que salgas porque te quiero.

LA MUJER QUE LLEGÓ ASÍ MISMO SE FUE...POR AQUEL CAMINO DONDE PASE LLORANDO

“El pasado condena al hombre,

pero el amor a la especie lo  reivindica… ”

Sentados frente a dos tasas de café, que van hurgando los últimos suspiros de su febril deseo, todo cabizbajo voy contemplando, el negro silencio que nos rodea, mientras voy pensando en quizás esta sea la última vez que nos sentamos en el lugar de siempre, a tomarnos un buen café, aunque algunas veces fueron de un frescor enorme con sabor a nata, y voy pensando, quiero recordar la tarde en la cual nos conocimos entre voces cantando a gargantas abiertas, cual adolescentes enamorados de la vida religiosa y de todas las relaciones sociales en las cuales dimos rienda suelta a nuestra puerilidad, mientras una gota de lágrima va resbalando por mi mejilla, y va marcando el camino sinuoso a una vida que comienza hoy sin ti, llega a mis labios y con la lengua trato de borrarla, es agria y salada, como esta noche. Tras ella vienen muchas más inundándome el alma y quitándome la respiración, quiero evitarlo pero es totalmente difícil, la respiración se hace mas profunda cada vez, y tu estas allí, observando el ultimo sentimiento que gotea de mis ojos, a duras penas tratas de levantarme la cabeza y yo te impido de la manera mas cruel, nunca me gusto que sientan lástima por mi, pero no es lástima lo que sientes, y no quiero saberlo tampoco, solo atino a preguntar que si te acuerdas de aquella tarde en la cual nos conocimos, cada quien era de propiedad ajena, cada quien  por su lado entregaba besos ajenos sin poder en esos momentos predecir que en una vida tan cercana nos veríamos envueltos en la misma pasión que duraría hasta ahora, pasión  desde los salones colegiales en tu caso y en los míos aventureros recodos de existencia, quien iba a imaginarnos alguna vez  caminando tomados de la mano por esas frías calles, jugando a cosas de niños, burlándonos de nuestros pasos, y nuestra forma de caminar, poco a poco fuimos conociendo el amor entre esa nuestra puerilidad, entre esa nuestra adolescencia, mientras tu te enamorabas mas de mi, yo iba buscándome el espacio infinito que me ayude a surcar nuevos horizontes, y valla que lo conseguí, te deje desconsolada y triste con el mundo a cuestas y un precepto de mi por no decir mas; malo.

Cada vez que volvía a ver las colosales cumbres siempre pensaba en ti, y siempre dentro de mi mitomanía eras tu la que estaba allí, buscándome sin querer, y yo apareciendo sin querer, pero nos juntábamos, nos besábamos  la edad y luego razón suficiente para el odio marchaba sin decir palabra alguna, todo egoísta, pensando solo en mi, y solo en mi, pero ahora que pienso en esas cosas de mi vida pasada, de las cuales muchas he olvidado por pura conveniencia, amo tu perseverancia y detesto mi forma de hacerte sufrir, mi constante ilusionarte con un futuro que ni  para mi mismo estaba seguro…¡¡¡hay, como duele en verdad que uno se halla guardado toda la vida para alguien y yo no halla sabido guardarme como tu para mi!!!, no fue un error, fue tan solo la consecuencia lógica de mis actos, a los cuales no me corrí nunca…y allí volviste a aparecer en mi vida, como siempre, con tu puerilidad, con tu inocencia, con toda tu belleza a cuestas, y con todo el amor que siempre habías guardado para mi, y otra vez yo, egoísta y sin sentimientos me alejaba de tu vida, así como viniste tu, entregándote una vez mas a  mi vida, tu salías de la mía, por que simplemente era yo y nadie mas que yo.

Pero…siempre hay un pero y siempre hay un momento en que el hombre cae rendido, no se si cansado de la vida agitada, o cansado de la soledad, pero esta vez el pero si lo sabía, había caído cansado de entregar besos al aire, cansado de tratar de amar sin mas remedio que conformarme con unos besos de pura conveniencia bordeado de intereses personales, cansado de vivir dentro de mi soledad, y cansado de no poder sentir al amor correr por mis venas mientras me voy aventurando a tu cuerpo y a tu piel…no pensé en ti, pero llegaste, no quise amarte pero te ame, no llegaste a mi vida ese siete de enero, sino que llegaste desde hace mucho y siempre estuviste allí, cosa que yo nunca me atrevía a ver, pero mi sin razón era que estabas allí, cuando yo  mas necesitaba de alguien a quien amar, y fuiste tu que entre la desconfianza otra vez volviste a entrar en mi vida, ¡eso si alguna vez saliste de ella!, entre esa desconfianza que fue disminuyendo, pero siempre mi carácter innato a fregarlo todo, con mis palabras muy salidas de contexto y mi pasado, no era fácil llegar a comprenderme, ni yo mismo aun lo he hecho…estabas allí, era lo mas importante, y yo, como un niño me fui enamorando de tu pasado, me fui enamorando de lo que hacías y de cómo la vida te había hecho, me fui enamorando de tu ritmo de vida, y de tus amigos que te galardonaban, me fui enamorando de cada centímetro de ti, mientras besaba tu piel en un cuarto oscuro y frío, mientras mis traviesos dedos se perdían en tu inmensidad, me fui enamorando de ti en los besos sempiternos que me dabas siempre, me enamore de tu entrega total, me fui enamorando de todo en cuanto a tu relación hasta de las personas que amabas y que me odian, me enamore de tus cursos matemáticos, y me enamore de tu cintura por que allí parecía mi edén, me enamore de la vida que me diste, esa de humildad y de detalle, de sinceridad y de luchas diarias para ganarme tu confianza, me enamore de esa vida a la cual había vuelto a renacer, de esa vida que hacía de una caricia de un beso, de una palabra de todo lo que te di, en una hermosa obra de arte, en una obra de arte que esculpía, pintaba, escribía, a tu honor y al mío, me enamore de ese futuro que juntos construimos, con tus perros y mi estoicidad a aguantarlos,  me enamore de esa casa de dos pisos, con varios cuartos, con su jardincito y con todo, me enamore del carro no tan grande ni tan pequeño que pensábamos tener, me enamore de nuestro viaje por Europa que te prometí, hasta me enamore de las iglesias que visite, cuando entre nuestra mas febril pasión habíamos prometido casarnos y mas aun me enamore de un dios que nunca estuvo en mi vida, y al que hoy le pido que no te alejes de mi vida, me enamore de la esperanza y de tus sueños, me enamore de mi mismo y de ese tu amor a mi vida y a mi florcita que crece aforrándose a mi vida también. Me enamore de esas muchas cosas, cosas que me ayudaron a tomar las decisiones   más difíciles para mí, pero importantes para los tres que ahora y antes fuimos…me enamore de ti…

Quise por un momento detener el tiempo, quise en este tiempo ir en contra de mi dialéctica razón para creer una vez mas en el siempre, no sabes las ganas que tenía esta vez de ser feliz, pero mi consecuencia insoslayable de mi pasado me obligaba a continuar con mi camino…pero quise tener todo el tiempo del mundo, y lo tuve, y allí fue cuando pensamos en nosotros y en las pequeñas cosas que nos rodeaban, desde allí empecé a amarte, cuando soñabas con migo, era justamente allí cuando quería detener el tiempo, quería que esto fuese real y para siempre, que juntos diéramos de comer a un peluchito de tercera generación, que juntos construyamos metafóricamente nuestro futuro, del cual tu eras el cimiente…pero el río esta vez se perdió en el mar, como todo…

Yo te quiero tanto, como en mi vida he querido jamás, y tengo miedo de mi, de este  amor que ahora siento por ti… no sabes cuanto te deseo como un deseo nuevo que me atormenta cada vez que estas conmigo, hay veces en las cuales me pregunto, como es posible que me deba adormecer cuando estas con migo y tenerte junto a mi, entre mis ojos,  en mis pensamientos, en cada instante de mi vida, necesito de ti, tanto como la primavera del sol para florecer, yo necesito de ti siempre cerca de mi a cada instante de mi vida…pero como has hecho, para que yo me enamore así de ti; tanto, tanto, me miro en el espejo y me pregunto si el que se refleja al frente mío soy yo, que ya no soy tan mío sino mas tuyo, y que yo espere el tiempo en plena lluvia para volver a verte…ya no hay sentido dentro de toda mi vida, y de tus hilos por los cuales  cunde de mi vida, y solo se que dentro de mi sino es la primera vez que digo ciertamente y con todo el sentimiento encima mío, que te amo…

Es todo, tomémonos el café que ya frío está, caminemos por  el mismo camino que nos vio sonreír, respiremos por última vez juntos estos aires, te prometo que dejaré de llorar y dejaré mi sensibilidad muy lejos, donde no me haga daño, este será mi ultimo recuerdo, esa sonrisa trivial que se dibuja de vez en cuando  en mis labios, solo recuerda que siempre fuiste la invitada especial en mi vida, invitada que estaba dispuesta a quedarse, en las puertas siempre abiertas de mi corazón, siempre las dejé abiertas por que nunca presiono a nadie a que se quede con migo, si no están a gusto, siempre salieron, y esta vez que saliste te llevaste todo de lo  que quedaba adentro…estaré en el café  de siempre a la misma hora de siempre por una ultima mirada y una última sonrisa…un último beso…

CARLOS MARTIN CASTROMONTE RODRIGUEZ